Recuerdos de Shanghai- Contrato en Yu Yuan

Cómo comprar una planta de flor de loto en Shanghai.

No perdáis el tiempo...es imposible. Bueno, prácticamente imposible.

Me caracterizo por mi cabezonería, así que cuando no encontraba la planta por ninguna parte y era imposible conseguir un trozo de rizoma (de sus raíces) en las charcas so pena de morir hundido en el fango, decidí comprar semillas.

Las semillas las venden vendedores ambulantes. Encontramos uno en Yu Yuan al que le dijimos que si me podía conseguir una planta. La negociación fue muy curiosa porque yo no hablo chino y él no hablaba español.

Empecé a gesticular para hacerme entender y lo único que conseguí fue que todos los visitantes chinos del mercado se arremolinaran a nuestro alrededor hasta llegar a una autentica multitud. Lo que dio lugar a que entre unos y otros consiguiéramos entendernos e hiciéramos un contrato escrito por el vendedor exponiendo que al día siguiente (porque dos días después ya me marchaba) me conseguiría (aun a riesgo de perder la vida el pobre hombre) las raíces de la flor de loto.

Lo mejor fue cuando tratamos el precio. Las semillas de flor de loto tienen un precio absolutamente irrisorio. No llega ni a 10 céntimos de euro. Cuando empezamos a negociar el de la planta, yo que soy una malísima regateadora, le ofrecí 100yuan (alrededor de 10 euros) por dos plantas. El hombre no salía de su asombro y me miraba como si estuviera absolutamente loca. Más o menos como lo que era, una guiri desubicada, por lo exorbitante del precio.

Al día siguiente me presente en el mercado media hora antes de lo acordado. Para mi sorpresa, todos los vendedores de la zona, me indicaba que llegaba antes de la hora, y que todavía el vendedor no había llegado. Ante la posibilidad de que yo me fuera, le llamaron por teléfono, y el vendedor vino corriendo literalmente, con tres plantas de flor de loto. Una de ellas en flor.

Medía aproximadamente metro y medio o más (y yo mido uno sesenta escaso). Os podéis imaginar el revuelo que se organizó y si el día anterior eran 50 a mi alrededor ahora ya andábamos por los 150. Cada uno dando su opinión (de la que por supuesto yo no entendía ni J) de cómo había que hacer la transacción.

Trajo tres plantas y el acuerdo eran dos por 10. Con mucha dificultad yo entendía que uno de los vendedores de la zona le decía al vendedor que me tenía que cobrar más caro. Como yo ponía cara de extrañada (porque lo estaba realmente y no por el precio sino porque no entendía nada...) el vendedor puso cara de horror a su compañero por la posibilidad de perder tan magnifica venta y me dió las tres plantas por los 100yuan.

Al salir del mercado con la banderola puesta iba como un jefe de grupo turístico con un paraguas en alto no dejando a nadie indiferente a mi paso y consiguiendo varios seguidores, que no hacían más que preguntarme que cuanto había pagado por la planta y que al yo contestar, disimulaban a duras penas unas carcajadas monumentales.

Así que decidí que lo mejor sería partir la planta. Pero como la flor de loto tiene para ellos un significado cultural y religioso muy importante, me escondí en una esquina y con gestos a un conserje de una casa le pregunté si había problema en partirla. El hombre empezó a ponerse pálido...tirando a muy muy pálido. Sus ojos se salían de las orbitas y hacía gestos de NO NO NONONONO tocándose el corazón a modo de un posible infarto.

En ese momento un señor muy amable que hablaba inglés me explicó que lo que yo pretendía hacer para ellos era prácticamente sacrilegio por lo que me vi obligada a esconderme en un garaje y en cuclillas detrás de un coche pude partir la planta.

Ya había conseguido ser la más famosa del mercado Yu Yuan ese día… y el anterior… y pensé... vale ya de tanta fama.